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Miguel Serrano
Miguel Serrano nació el 10 de septiembre de 1917 en Santiago de Chile y falleció el 28 de febrero del 2009 en la misma ciudad. Fue un poeta, escritor, diplomático y esoterista, considerado como uno de los más relevantes en la historia de Chile. Fue testigo de las revoluciones fascista y nacionalsocialista, así como de la Segunda Guerra Mundial.
BiografíaSerrano encabezó la representación política de su país, al frente de las embajadas de Chile en la India, en la desaparecida Yugoslavia y Austria, y fue uno de los mayores ideólogos del movimiento nacionalista en todo el mundo y Guía de una corriente mística neopagana, vinculada a las raíces del nacionalsocialismo histórico. Es de sobra conocida su íntima amistad con el actual Dalái Lama y con personalidades ya fallecidas como el escritor Hermann Hesse, el psiquiatra Carl Jung, el poeta Ezra Pound, la primera ministra de la India Indira Gandhi y el general de las Waffen SS, Léon Degrelle.
No pocos prejuicios envuelven la figura de Miguel Serrano. De porte distinguido y penetrantes ojos azules, mantuvo, absolutamente intacta, su incondicional adhesión al nacionalsocialismo, asumida hace ya casi seis décadas. Esto, junto a sus intrincadas teorías esotéricas -donde misticismo, magia y realidad confunden sus límites- y una original interpretación de la historia y los mitos indoeuropeos, lo han convertido en todo un personaje: polémico en sus opiniones, atípico como escritor.
Descendiente de una tradicional familia chilena, entre cuyos antepasados se cuentan arzobispos, religiosas y hasta una santa, Miguel Serrano Fernández -sobrino, a la vez, de Vicente Huidobro- asumió su propio camino en busca y defensa del Yo, una lucha por la "individuación", a la manera propuesta por Jung.
Ferviente defensor de su país y del territorio chileno -del cual dice extraer toda su fuerza- se desempeñó durante dos décadas como embajador: entre 1953 y 1962 en India; los tres años siguientes en la ex Yugoslavia, y hasta 1970 en Austria. Diez años en Suiza le permitieron ahondar en sus conocimientos y reflexiones.
Serrano era un "nazista" declarado y convencido. Según sus propias declaraciones, la Masacre del Seguro Obrero, vergonzoso y horrendo crímen ocurrido en Chile en 1938, en el que medio centener de "nazistas" (como se llama en Chile a los hitlerianos) fueron ejecutados por fuerzas policiales, le hizo inclinarse por el nacionalsocialismo. Su fidelidad al hitlerismo se ha mantenido siempre, como si fuera suyo el lema de las SS "Mi Honor se llama Fidelidad". En su casa de Chile ha levantado un altar a los héroes de la última guerra, tal como lo hizo años antes la sabia orientalista Savitri Devi, donde se custodian reliquias invaluables del Hitlerismo.
Miguel Serrano fue además uno de los primeros civiles en visitar la Antártica, en 1948, habiendo escrito intensamente sobre los "oasis con vegetación" y las "aguas templadas" en la Antártida. El ejército chileno dio su nombre a una montaña en la Antártida, a modo de reconocimiento a su figura. No es ningún secreto que Serrano intentó varias veces encontrar la entrada al "mundo interior", de cuya existencia estaba absolutamente convencido.
Su última aparición pública fue junto al Cerro Santa Lucía en el centro mismo de la capital chilena, cuando al cumplir sus 88 años en una solemne ceremonia-ritual fue coronado con laureles como el poeta y mago de Chile, homenajeado por intelectuales, artistas y amigos, donde destacó la ofrenda del Premio Nacional de Literatura Armando Uribe, quien escribió para la ocasión la más profunda descripción del rol mítico que juega Serrano dentro del contexto literario chileno. Ese día 10 de septiembre de 2005 fue una verdadera despedida para gran escritor de la generación del 38.
A sus 90 años, con el pelo blanco pero conservando toda su cabellera, ya escritas sus memorias en cuatro tomos, esperaba a ritmo pausado la visita de poetas y seguidores de su obra. Los medios de comunicación controlados ignoraron sistemáticamente a este gran personaje chileno. A pesar de ser uno de los escritores más destacados de Sudamérica (muy por encima por ejemplo de Vargas Llosa y otros de los que tanto se habla), ahora que ha muerto, con toda seguridad la prensa mantendrá absoluto mutismo. Y es que no les interesa hablar de este "último visigodo", todo un caballero chileno.
Vivencias y pensamiento como autorToda la obra de Miguel Serrano se articula a partir de su experiencia personal de vida: desde su primer libro Antología del verdadero cuento en Chile, en el que se compromete con la Generación Literaria de 1938; pasando por su ciclo de libros de India, donde pone de manifiesto su descubrimiento espiritual y da a conocer su acercamiento a las doctrinas del hinduismo; hasta llegar a sus libros inspirados en los postulados del nacionalsocialismo y en los que expresa abiertamente su simpatía por Adolf Hitler e intenta explicar el sentido religioso de la teoría nacionalsocialista.
Serrano presenta su biografía, su pensamiento y la génesis de sus obras en Memorias de él y yo, obra compuesta por cuatro volúmenes y en los que repasa la vivencia infantil del descubrimiento de sí mismo; la iniciación adolescente; su amistad con Héctor Barreto; su adhesión a la izquierda y la aventura antártica. Asimismo, evoca episodios y personajes de los años treinta y cuarenta: la masacre de jóvenes estudiantes en la torre del Seguro Obrero, el líder nacionalista Jorge González von Marées, el poeta Vicente Huidobro, calles y bares de la bohemia santiaguina, la fascinante Blanca Luz Braum, la amistad con un prototipo de perfecta walkiria. Los recuerdos cobran vida con naturalidad, elocuencia, certeros y vivaces.[1].
En Memorias de Él y yo, Miguel Serrano abre su intimidad y entrega un documento testimonial importante, a la vez que muestra interesantes episodios históricos nacionales.
Inclinación hacia la políticaHasta la muerte de Héctor Barreto, los integrantes de la Generación Literaria de 1938 consideraban que la política era una traición a la poesía. Tras el asesinato de Barreto, Miguel Serrano se acercó al comunismo y colaboró con diversos periódicos de izquierda: Frente Popular, La Hora y Sobre la marcha, de la uruguaya Blanca Luz Brum. Sin embargo, su entusiasmo duró hasta que Vicente Huidobro le pidió que combatiera en la Guerra Civil Española en 1936; en ese momento se alejó de la política: "Eran los años de la guerra de España y mi tío Vicente Huidobro me propuso ir a combatir a favor de la izquierda española. Bueno, pero ¿por qué voy a ir a luchar allá? ¿Por el marxismo? Pero si yo no conozco el marxismo, pensé. Entonces, le dije que no iba. En lugar de eso, me encerré en mi casa por meses, con todo lo que pude encontrar sobre el marxismo. Leí y leí. De allá salí convertido en un antimarxista convencido. Vi que todo eso era absolutamente falso y una doctrina totalmente perniciosa; no sólo para Chile sino para el mundo.[1].
Tras rechazar la invitación, se hospedó por unos meses en un fundo del padre de Juan Emar, Eliodoro Yáñez; allí estuvo en estrecho contacto con Eduardo Anguita y Leopoldo Castedo. Finalmente, en 1938, tras la matanza de 60 miembros del partido nacionalsocialista en la torre del Seguro Obrero, Miguel Serrano se acercó a la ideología nacionalsocialista: "Sin duda la matanza del Seguro Obrero, significó que yo me acercara al nazismo. Fue algo difícil, porque los nazistas habían matado a mi amigo el escritor Héctor Barreto (en una reyerta entre ellos y los socialistas).[1]
Hoy en día, Miguel Serrano afirma que su adhesión a la doctrina nazi tiene un matiz más filosófico que político: "Se podría decir que sí. Durante la Segunda Guerra Mundial me contacté con alemanes de la SS que frecuentaban la revista La nueva edad, que yo dirigía. Estos me revelaron el fondo mítico y, por así decirlo, esotérico del nazismo, algo que yo no sospechaba para nada y que me sorprendió gratamente. Esto sacaba al nazismo y lo ponía completamente aparte del fascismo, del falangismo y de cualquier otro movimiento nacionalsocialista. Esto me empujó a profundizar en la materia, conectada, naturalmente, con la India y el Tíbet".[1]
Antología del verdadero cuento en Chile (1938)Miguel Serrano, en un intento por darle un lugar de importancia al cuento en nuestro país, publicó en 1938 Antología del verdadero cuento en Chile, en el que reunió a sus compañeros de generación: Pedro Carrillo, Braulio Arenas, Adrián Jiménez, Juan Tejeda, Eduardo Anguita, Teófilo Cid, Juan Emar, Carlos Droguett, Anuar Atías y Héctor Barreto.
Al publicar ese libro, Serrano dio un apoyo incondicional a la Generación Literaria de 1938, la que consideraba huérfana e invertebrada: "Nuestra generación, que ha nacido vieja en ‘incomodidades’, sabe esto, sabe muchas cosas. Mas de nada le vale. ¿De qué le puede valer, cuando está más explotada que un zapatero? (Entendiendo que el artesano es el que mayor independencia económica logra en Chile). El artista de nuestra generación ―y en general― vive una vida de perro negro, en desconsideración, en vejaciones económicas y espirituales, en Santiago de Chile".[1]
En el prólogo de este libro, Serrano presentó una especie de manifiesto para la generación de 1938: "El deber de nuestra generación es organizar la vida conforme a la verdad, conforme a ella misma. América del Sur, continente nuevo, se contagia de Europa. Siendo que aquí podemos vivir distintos, realizar lo cierto. Es necesario luchar contra el imperialismo espiritual".
Quién llama en los hielos (1957)En 1947 Miguel Serrano partió a la Antártica con el propósito de buscar allí el "Oasis del Hielo". A su regreso, dio una conferencia sobre su experiencia y que tituló La Antártica y otros mitos. En esta charla y en su posterior libro, Quién llama en los hielos, expone la teoría de que el mundo del futuro será el de la Nueva Antártica: "Puede que la nueva Antártica sea la vieja Atlántida. Y antes y después el mar".[1]
El tema de la Antártica ha seguido presente en sus demás libros, pues Serrano afirma con vehemencia que en ese lugar se encuentra el eterno retorno: "La parte del libro que debió seguir, prefiero vivirla. Caminar, caminar, hasta reencontrar el Oasis del hielo, la Antártica interior, la sonrisa última, la tierna indiferencia, hasta juntarme de nuevo con mi Padre, muerto de antaño".[1]
Las visitas de la Reina de SabaLas visitas de la Reina de Saba se integra al ciclo de libros de India, en los que Serrano expone su visión sobre el hinduismo. Fue escrito cuando era embajador en la India y, por esta razón, fue editado por primera vez en Nueva Delhi. Antes de ser publicado por la editorial Nascimento en Chile, fue dado a conocer en Inglaterra, Alemania, Francia, Estados Unidos y Argentina.
Uno de los aspectos más interesantes de esta obra es que contiene un prólogo de Carl Jung, el único que Jung escribió para una obra literaria. En realidad, este prólogo es una carta que Jung autorizó para que Serrano pusiera en su libro.
En esta carta, Carl Jung destaca el carácter onírico de la obra: "He aquí un libro extraordinario. Es como un sueño dentro de otros sueños. Altamente poético, diría yo, y lo menos semejante a los productos espontáneos del inconsciente a que me encuentro acostumbrado, aunque conocidas figuras arquetípicas sean claramente discernibles. El genio poético ha transformado la materia primordial en formas casi musicales, así como, en otro extremo, Schopenhauer entendía la música como movimiento de las ideas arquetípicas".[1]
Herman HesseMiguel Serrano conoció al escritor alemán Herman Hesse en junio de 1951 en Montagnola (Italia). Su amistad fue íntima y duradera, tanto así que Serrano vivió por 10 años en la que fuera casa de Hesse.
En el libro El círculo hermético: de Hermann Hesse a C. G. Jung, Serrano narra su encuentro y amistad con Herman Hesse y con Carl Jung. Reproduce conversaciones, cartas y trabajos de ambos, desconocidos en Hispanoamérica. El título de la obra se debe a una frase que Herman Hesse dijo a Miguel Serrano durante una entrevista en su casa de los Alpes suizos. El Círculo Hermético estaría compuesto por Hesse, Jung y el mismo autor: "Es el 22 de enero de 1961, en Montagnola, en la parte italiana de Suiza. Almuerzo en casa de Herman Hesse. Afuera cae la nieve; pero el cielo está claro. Miro a través de la ventana; luego, a mi plato de curry; al levantar la vista encuentro, al otro extremo de la mesa, los ojos también claros y transparentes de Hesse.
¡Qué suerte ―digo― hallarme hoy almorzando aquí, con usted...!
- Y Hesse responde - Nada sucede casualmente, aquí sólo se encuentran los Huéspedes Justos; este es el Circulo Hermético"[1]
Trilogía del hitlerismo esotéricoLa cosmogonía esotérica de Miguel Serrano en torno a Adolf Hitler y el nacionalsocialismo comenzó a elaborarla cuando vivió en Montagnola (Italia). Desde ese momento, Serrano postuló que la filosofía hitleriana inauguraría un nuevo ciclo que comenzaría luego de la destrucción del mundo actual. Una de sus ideas más recurrentes es la de que Hitler no murió sino que se refugió en la Antártica y allí vive en un mundo escondido, en un oasis.
Desde 1980, Serrano ha publicado numerosos libros sobre este tema, pero especial importancia tiene su trilogía del hitlerismo esotérico, compuesto por: El cordón dorado: hitlerismo esotérico (1980), Nos. Libro de la Resurrección (1980) y Manú: por el hombre que vendrá (1991). El primero de ellos está dedicado a Rudolf Hess, figura e imán del hitlerismo esotérico. Allí expone la teoría de que Hitler estaría vivo y presenta las bases esotéricas del nazismo.
Asimismo, describe la búsqueda que hizo del Führer por la Antártica y los Himalayas. Manú, por su parte, da término al círculo del gran misterio y de la revelación del esoterismo hitleriano: "pone fin a esta revelación, la que se hiciera posible tras la derrota material y aparente de la Segunda Guerra Mundial, a partir de 1945, cuando se da comienzo a la revelación del secreto que existiera detrás del hitlerismo, conocido sólo por unos poco iniciados, que no fueron miembros del partido Nacionalsocialista, que no usaron uniformes y ni siquiera pertenecieron a la Orden Negra SS".[1]
Miguel Serrano asegura que "el hitlerismo resurge imparable y el futuro será, más que un sistema político, una religión" ("Recuerdan a mártires del Seguro Obrero"[1]).
Entrevista(Realizada por Francisco Véjar)
Miguel Serrano es un escritor chileno (1917) con más de una docena de libros publicados cuya trayectoria resulta aun hoy tan atractiva como provocadora. Libros como Elella, El Círculo Hermético o El eterno retorno, publicados en los años 70, dan cuenta no sólo de su particular visión esotérica del mundo, sino también de su íntima amistad con autores tan cercanos para él como lo fueron Herman Hesse o Carl Gustav Jung, con quienes mantuvo una estrecha correspondencia a lo largo de toda su vida.
Siendo embajador de Chile en la India establece una estrechísima amistad con Indira Ghandi y Neru lo que dará como resultado su excelente obra La serpiente del paraíso, publicada el año 1963. Cabe recordar también, quizá, el último encuentro que sostuviera en Rapallo con el gran poeta norteamericano Ezra Pound, quienes al despedirse, después de una larga conversación, Miguel Serrano le dice: "Nos volveremos a encontrar en setecientos años más y volveremos a perder".
No hemos sido los primeros en observar que su país escatima a Miguel Serrano los honores que merece un escritor editado por prestigiosas casas de Inglaterra o de Estados Unidos y traducido incluso al farsi y al japonés. No hace mucho que otra de sus obras, El Círculo Hermético, ha visto la luz en francés (Georg Ed. Ginebra, 1991) y es en las páginas de la revista belga Vouloir donde el ensayista Bruno Dietsch dedica el siguiente comentario a la obra del escritor chileno: "Nemo propheta a acceptus est in patria (Ciudad de los Césares, número 39, año 1991). A esto le debemos agregar que recientemente su obra ha sido reeditada en Francia y en Rusia.
FRANCISCO VÉJAR - ¿Qué recuerdos tiene de la generación del 38?
MIGUEL SERRANO - Era una generación secreta y el grupo al que yo pertenecía más. Vivíamos creyendo que el mundo éramos nosotros y nada más. Existían otros grupos con los cuales no teníamos mayores contactos. Nos juntábamos en cafés nocturnos, donde conversábamos. Era la época de los cafés. Las reuniones nuestras eran en el restaurante llamado "Miss Universo" que quedaba en la segunda cuadra de San Diego. Yo vivía siempre por estos barrios, por la calle Lira. Y recuerdo que de noche caminaba hacia esos lugares, a cualquier hora de la noche se podía caminar, en un Santiago maravilloso de casas bajas, donde todo era cielo y donde no existían los asaltos. A las tres de la mañana, a cualquier hora. Ese tiempo era maravilloso, caminaba primero por la calle Lira, por esos rieles que aún existen. Tantas cosas han desaparecido, pero ahí están los rieles, esos rieles por los cuales caminábamos con Héctor Barreto que era el líder de este grupo y esta generación. Algunas veces nos quedábamos conversando hasta que se cerraban los bares y entonces cada uno partía para su casa. Nos sobraba dinero que entonces no nos costaba nada ganar, porque era la mesada que nos daba nuestra familia. Entonces parábamos, en los rieles de la calle Lira y lanzábamos el dinero. Era un gesto generoso para dárselo a los fantasmas y seguíamos caminando, en los rieles, uno en uno y otro en otro hasta que llegaba a mi casa y él se perdía en la noche.
Caminando por esas calles, yo llegaba al restaurante "Miss Universo". ¿Quién estaba allí? Julio Molina Miller (autor de La Primavera del Soldado, poesía, 1944), Robinson Gaete, personaje que nadie sabe que existió, Guillermo Atías que luego paso a ser uno de los dirigentes del partido comunista y que murió estando exiliado en París. También Santiago del Campo, el Tigre Ahumada, gente formidable, porque vivíamos la noche hablando de los libros; de los autores europeos, por ejemplo de Panait Istrati, Knut Hamsum, autores de la época y filósofos afines a la cultura griega, porque Barreto vivía en Grecia, en la Grecia antigua. Santiago del Campo, también la conocía. Ese era nuestro grupo que toma contacto con otro grupo, curiosamente gracias a mí, porque un día asistí a un matrimonio familiar, es decir, de una prima, y ahí tuve la oportunidad de conocer a Vicente Huidobro que era primo de mi madre, cuando supo que yo escribía, me invitó a su casa y ahí conocí a Braulio Arenas, Enrique Gómez-Correa, Eduardo Anguita, etc. Conocí gracias a Braulio Arenas al notable poeta Jaime Rayo, que escribió un libro extraordinario, Sombra y sujeto (poesía, 1939) y que se suicidó. Bueno, así nos fuimos conectando unos a otros, hasta cuando llegó el momento en que mataron a Barreto.
Era el tiempo de la Guerra Civil Española (1936). Nosotros prescindíamos de la política y considerábamos que preocuparse de la política era una traición a la poesía o a la literatura. A Barreto lo mataron los nazistas en una reyerta callejera, porque Barreto antes se había hecho socialista y recuerdo que Atías, que fue más político que todos, después con los años, le decía, "¿cómo es posible que tú, Jasón, te hayas metido en la lucha contingente?" y él le dijo: "me he hecho socialista porque me dan pena los niños con los pies descalzos bajo la lluvia". Pero, en realidad no tenía nada que ver con la política, porque recuerdo que ese día que lo mataron, llegó a verme a la casa en Lira para invitarme a algún café para conversar y me contó que estaba muy desilusionado de la política y sobre todos de los socialistas. Él estaba escribiendo cuentos de tipo social y escribió algunos estupendos como La noche de Juan y me dijo: "Yo quise que mi libro lo ilustrara un amigo mío, pintor. En el partido me dijeron que no, porque ellos tenían pintores e ilustradores". Entonces les dije: "El que yo les quiero traer, es un tipo extraordinario, porque es capaz de hacer un círculo perfecto con los ojos cerrados y esto sólo Leonardo lo podía hacer". Por estas razones, me quedaban mirando y los socialistas decían, este tipo está loco. Y esa noche él se fue al "Café Volga" que quedaba en Avenida Matta.
Eran los tiempos de las reyertas callejeras. Los socialistas en aquel entonces estaban movilizados militarmente. Y en esta reyerta Barreto murió. Entonces los socialistas salieron a la calle. Vicente Huidobro se apareció inmediatamente y nos dijo: "Vengan ustedes a luchar contra el fascismo". Y de esa manera yo entré a la política. La verdad es que nunca he pertenecido a un partido político. Colaboré sí en aquellos años con Blanca Luz Brum que era una poetisa (uruguaya) que estaba en Chile, era de la izquierda y sacaba una revista que se llamaba Sobre la Marcha. También se estaba creando en el mundo el Frente Popular, o sea, algo así como lo que es hoy la "Concertación", una alianza de partidos de toda clase: burgueses, marxistas y hasta liberales para combatir al nazismo. La guerra de España, especialmente. Yo recuerdo que escribí en el Diario El Frente Popular a raíz de que vino un extranjero peruano de nombre Montero -bueno, toda esta gente venía con nombres falsos y yo poco a poco me empecé a dar cuenta de eso; por ejemplo, Montero se llamaba Ravinés que terminó siendo miembro de la CIA, puesto que colaboró con el gobierno militar y con el golpe-. Bueno, allí aparecían ellos como marxistas. Cuando yo me fui lo hice desilusionando y recuerdo que Vicente Huidobro me dijo un día: "Miguel, te invito a ir conmigo a la guerra de España a luchar" y entonces le dije, "para qué voy a ir para allá, voy a estudiar esto primero, voy a leer primero los libros de Marx; El Capital de Marx y otros libros". Y después de estar seis meses encerrado leyendo estas obras, terminé completamente antimarxista, y dije "esto es un absurdo". Entonces no tenía nada que hacer allá y me quedé fuera, ya que me alejé de toda acción política. También conocí en aquellos años el fundo "La Marquesa". Era de Pilo Yáñez (Juan Emar), amigo de Vicente Huidobro donde se reunía mucha gente de izquierda, por ejemplo llegaron durante la guerra de España gente como Osorio y Gallardo, y ahí les daban almuerzos, comidas.
Se juntaba gente, sobre todo escritores. Ahí conocí a Alvaro Yáñez que era un personaje chorísimo. Se levantaba en la noche a escribir. Era noctámbulo. A la hora del almuerzo se sentaba en la cabecera de la mesa, no hablaba una palabra, tomaba un matamoscas y si veía una mosca se levantaba a matarla. Ahí llegaba también Eduardo Anguita. Leopoldo Castedo también llegó allí alguna vez y lo cuenta en sus memorias. Anguita tenía mucho sentido del humor; recuerdo que dormíamos en la misma pieza con él, en la noche hablábamos horas de David Herbert Lawrence: El amante de Lady Chatterley. Eran los libros de moda en esos tiempos. Vicente Huidobro y Eduardo Anguita se sentaban en la mesa, por ejemplo y llegaba el huaso que era el capataz del fundo, lo sentaban a la mesa con su sombrero puesto, Vicente Huidobro le decía a Anguita: "¡Qué lindos claveles rojos hay en ese florero!" y Anguita le decía : "Pero cómo Vicente, si son rosas azules", entonces el huaso les decía: "¡Señores, pero cómo es eso, si esas no son rosas, son petunias blancas!". Entonces Anguita le decía a Huidobro : "Lo que pasa es que usted está mal de la vista; tiene que hacerse un análisis". El huaso se paraba furioso y decía: "Estos señores están locos". Y después del almuerzo Vicente hacía remates de árboles. Era muy divertido todo eso.
FV - Usted el año 38 publica la Antología del Verdadero Cuento en Chile donde se antologa por primera vez a Juan Emar y además desarrolla en el prólogo algo muy curioso. Me refiero al impacto que tiene a nivel del inconsciente la cordillera de los Andes en los chilenos.
MS - Ya entonces nosotros nos juntábamos a soñar con los gigantes de la montaña que estaban dentro de la montaña, porque éste había sido un país habitado por gigantes. La montaña es sagrada. Entonces la montaña se veía a todas horas. Era una maravilla. La visión de la montaña de Los Andes que se tiene desde Santiago, no se tiene en ninguna otra parte de Chile. Sólo he visto algo parecido en Austria, aún hoy con el smog, con toda esta cosa horrorosa que hay hoy. Al destruir Santiago, está destruido Chile, porque por algo Pedro de Valdivia eligió esta ciudad como centro misterioso. Esta montaña maravillosa aún hoy, en las tardes. Sé que ahí hay seres que están allí, que salen, que contemplan, que están, que nos miran. Bueno, eso era lo que pensaba nuestro grupo y esa Antología del Verdadero Cuento en Chile se me ocurrió porque nuestra gente escribía cuentos, especialmente Barreto y se me ocurrió hacer una antología e incorporar a Juan Emar porque verdaderamente sus cuentos eran extraordinarios, una cosa única en el mundo. No me perdonó nunca Vicente Huidobro que no le hubiera puesto a él. Esa antología tiene una historia. Yo no tenía un peso para editarla. No me acuerdo cómo salió. Se editó la antología y fue un escándalo público. Alone habló por radio y dijo que era como un equipo de fútbol de 11 escritores.
FV - Hábleme de su experiencia en los Himalayas y de esas supuestas ciudades subterráneas que usted asegura que existen.
MS - Existe la leyenda de que se construyen ciudades dentro de los Himalayas para protegerse de futuras catástrofes. Pero también hay otra interpretación, de que las ciudades subterráneas existían desde antes. La tierra es hueca y tiene distintas entradas, en distintos lugares. En los polos existían entradas. En el Polo Sur y en el Polo Norte y también en algunas montañas y es eso lo que yo buscaba en los Himalayas; las entradas al mundo interior. Ahora, para las entradas a ese mundo interno hay muchas razones, por ejemplo los hielos, los iceberg son de agua dulce, ¿de dónde vienen? Salen del interior de la tierra, es más, curiosamente a medida que uno se va acercando al Polo, la temperatura es más alta y no más baja y hay polen muchas veces en los iceberg. A quien le sucedieron cosas extrañas en relación a eso, fue al Almirante Byrd. Iba por el polo y se encontró en un mundo totalmente diferente. Iba volando y se le aparecían animales prehistóricos y ríos y vegetación tropical. Y entonces comienza a decir cosas y se vuelve y sale, después de haber estado dentro.
Al Almirante Byrd parece que lo asesinaron, porque él estaba diciendo cosas que no quieren revelar. Es cuando inicia esa expedición militar hacia las regiones del polo, en la Antártida, (el mar de Weddell, las tierras Reina Mana), donde los alemanes del Tercer Reich hicieron expediciones y encontraron oasis de aguas templadas y además pasillos subterráneos de miles de años. Lo que se dice es que desde 1938, comienzan a aprovisionar esa base Antártica y comienzan a llevar gente. La expedición del Almirante Byrd va en 1946-47, después de la guerra, con aviones, y se cree que porta hasta una bomba atómica que deja caer y explosiona en el aire. Esta explosión sería la responsable de la ventana del ozono. En el diario La Unión de Valparaíso, en el año 1948, se escribe una nota que viene de un corresponsal extranjero y dice que el senado norteamericano ha pedido una reunión especial y secreta a la cual está invitado el almirante Byrd para que dé cuenta, por qué ha perdido tanto material y hombres.
Entonces, volviendo a las ciudades secretas, basta que en alguna parte del mundo se piense o se diga algo que se relacione con una ciudad subterránea, con la desaparición de algo, para que los norteamericanos se aparezcan por estos lados. Acaba de perderse un avión chileno y ya llegó un avión norteamericano que también se echó a perder y no funciona. Y ahora, ¿qué andan haciendo los submarinos rusos en el Polo Norte debajo del agua? También andan en cosas extraordinarias. Entonces aquí hay algo que se oculta y eso es un hecho. Lo que se oculta tiene relación con estas cosas, y es más, es ahí donde los norteamericanos dirigen totalmente la política, en este terreno. Cuando estaba en España, llegó la noticia de que un sargento del ejército chileno repentinamente desaparece en el norte y vuelve con barba larga, etc. Y al otro día en Madrid, amigos míos fueron a preguntar a la Embajada de Chile, al agregado militar y el agregado militar dijo que eso era cierto. "Vengan mañana y les tendremos más datos", les señaló. Al día siguiente volvieron y les dijeron que era todo falso. Ya les habían dado instrucciones. Desinformando, porque ellos mismos saben que la NASA y el Pentágono son los que están dirigiendo toda esta política en distintas partes del mundo. Desinformando porque ellos mismos saben que eso existe. Saben que hay fuerzas que no controlan. Todo eso lleva a que pensemos que hay un mundo que es diferente y todo esto es lo que yo he buscado desde mi juventud; algunas cosas las he encontrado y otras no las encontraré nunca.
FV - Tal vez sea polémico planteárselo, pero en Chile hay escritores que consideran que usted fue quien mejor supo asimilar los postulados del surrealismo. Entre los que lo afirman, se encuentra el poeta Armando Uribe Arce. Usted ha llegado a decir que Hitler está congelado en la Antártida. También podría ser Confucio quien lo estuviera. Esto puede ser un mundo real como surreal. ¿Qué nos diría al respecto?
MS - Lo que le acabo de contar es prácticamente la respuesta. Desde 1938, los alemanes (los hitleristas) estaban abasteciendo la base de la Antártida que hasta el día de hoy nadie toca. Ni los mismos alemanes de hoy. No se atreven a ir. En aquellos tiempos hay una orden del día del Almirante Duenitz a los submarinos alemanes que aparece publicada en El Mercurio y que dice: "Agradezco a los submarinos alemanes el haber encontrado, en un lugar inexpugnable de la tierra, un paraíso terrenal para el Führer" (publicado en El Mercurio de Chile, entre 1942-43).
FV - ¿Él estaría ahí congelado?
MS - Hitler no muere. Esto se lo puedo decir con absoluto conocimiento y seguridad. Hitler no murió en Berlín. En el último viaje que hice a Alemania, amigos alemanes me decían "te vamos a mostrar una lista de gente que durante los últimos años de la guerra, y del comienzo también, se decía que había muerto en un accidente automovilístico". "No", me decían, "los estaban sacando y los estaban llevando. Llevando hacia donde tenían ya su mundo y sus mundos subterráneos". Y es eso lo que están buscando en el Polo Norte. Los submarinos y la tecnología alemanes estaban no sólo cincuenta, sino cien años adelantados. Los submarinos eran una cosa increíble. Hay ciento veinte submarinos que desaparecen sin dejar rastro con toda su tripulación al final de la guerra. Hitler sabía eso cuando inicia el ataque a Rusia (cuando falla la misión de Rudolf Hess en Inglaterra). Hitler decide atacar a Rusia, sabiendo que la guerra ya no la ganará, pero lo hace para mantener intacta la concepción teórica del mundo. Entonces ya sabía eso, mientras tanto estaba preparando la operación de Rusia que se llamó "Barba Roja". ¿Por qué "Barba Roja"? Porque Barba Roja, según la leyenda, resucita en una caverna. Resucita para volver a salvar a su pueblo. La verdadera operación "Barba Roja" era hacia las cavernas. Y es más, ya tenían el disco volante. Ellos habían utilizado la tecnología de la implosión. Cosa que hasta el día de hoy no han podido dominar en el resto del mundo donde está todo basado en la explosión, que es el mal, la cuetería. La implosión es hacia dentro, con lo cual neutralizan totalmente la fuerza de gravedad.
Ahora, todo eso lo tienen muy avanzado, pudiendo fabricar el Disco Volador y hay documentación. Yo hablé con el Dalai Lama (mi última conversación fue esa en India), me pidió que le mandara documentación y se la mandé. Entonces toda esa documentación yo la había recibido del ejército suizo que a su vez la tenía del ejército alemán actual, en los libros de mis memorias está publicada. Eso se relaciona con el mundo interior y con Hitler. Es decir, Hitler ya no está ni siquiera en la Antártida. Sí, todo esto cabe dentro de la ciencia-ficción, totalmente. Porque si yo le digo a usted que Hitler ya no está viejo sino, al contrario, rejuvenecido. Porque quien viaja a una velocidad superior a la luz se va hacia atrás en el tiempo. Entonces, se mantiene en una edad precisa. A mí los yugoslavos me preguntaban: "¿Usted cree en la resurrección de la carne?". Entonces yo les dije que sí. "Bueno, pero ¿con qué carne resucita, con qué edad resucita un muerto?", me preguntaban los jóvenes poetas yugoslavos. Yo les respondí: "Resucita con la edad precisa. Ni viejo ni nada, en la edad justa". Cuando se está en el máximo de las capacidades, ahí se mantiene. Y la resurrección de la carne corresponde del cristianismo esotérico. Eso es fabuloso.
FV - Por ejemplo, Ezra Pound sintió afinidad con las ideas que profesaba Mussolini. Pound veía en el nacionalsocialismo, una salida al problema de su país natal, es decir, acabar con la usura. Ya se sabe lo que le pasó a Pound por sostener esas ideas. Nos interesa saber cómo llegó usted a sentirse afín a Hitler, tomando en cuenta también lo de Ezra Pound.
MS - Bueno, primero fue durante la guerra. En la guerra empecé a trabajar con los nacionalsocialistas chilenos ya renovados, pero mantenía la línea antigua que era la que me interesaba porque había empezado a leer sobre el movimiento alemán. Durante la guerra yo apoyaba al político genial que era Hitler. No sabía lo que existía detrás hasta que en medio de la guerra, cuando yo sacaba una revista que se llamaba La nueva edad, una revista de combate, y allí colaboraba un personaje muy interesante que era encargado cultural de la Embajada de Italia, un día él me dice: "No voy a escribir más. Es absurdo. Esta lucha que estamos librando nosotros los italianos en Europa y los alemanes con las armas, es absurda, no conduce a nada. La verdadera guerra es otra, está detrás, es mental". Entonces yo le dije: "¡Qué lesera me estás diciendo!. Si a mí me ataca una persona le pego un balazo". Para abreviarle la historia, fue él quien me dio el empujón final. Me dijo: "Tú tienes un país increíble llamado Chile, aquí pasan las cosas más extraordinarias y aquí hay personajes increíbles y te voy a llevar un día a ver a alguien que es totalmente partidario de nosotros, pero que lucha con otras armas". Entonces, me llevó él a conocer las raíces ocultas del nacionalsocialismo a teavés de una charla con Goodrick Clarke, que escribió un libro sobre el tema que es muy interesante, donde se refiere la sociedad de Tule, a las runas y a todo lo que fue la verdadera raíz socialista hitlerista. Sí, esto tiene otra dimensión. Hitler era un ser completamente diferente, por eso yo he dicho que es un Avatara.
FV - Usted fue amigo de Hermann Hesse, de Carl Gustav Jung, de Ezra Pound entre otros personajes notables del siglo XX. Cuéntenos acerca de su experiencia con ellos.
MS - En Chile conocimos a Hermann Hesse cuando en el mundo, salvo en Alemania, era un total desconocido. Le leímos poco después del final de la Segunda Guerra Mundial, cuando aún no se le había otorgado el Premio Nobel. Con el tiempo, Hesse pasaría a ser utilizado políticamente, por suerte para él después de su muerte, pasando a ser un "boom" literario, promovido a voluntad. Viví la obra mágica de Hermann Hesse al extremo que deseé viajar a Europa para conocerle personalmente. Esta peripecia se halla relatada por mí en El Círculo Hermético y no pretendo repetirla aquí. ¡Tantas cosas! ¡Tantos recuerdos! Con él hablé de todo, hasta de la muerte. Un día le pregunté: "¿Hay algo más allá de la muerte?". Me respondió: "Morir es como irse al Inconsciente Colectivo de Jung, para, de ahí, regresar a la forma, a las formas". Yo debo pensar: ¿Qué nos unió? ¿Acaso una reencarnación pasada? No hay otra forma de explicar este misterio. Nos separaban la edad, las distancias geográficas, la historia; todo y nada.
Con el Profesor Carl Gustav Jung pasó otro tanto, al extremo de que este monumento universal, este gigante, me dio, a mí, un joven escritor, perdido en el mundo, de un país lejano y desconocido, un prólogo para mi libro Las Visitas de la Reina de Saba. Y esta fue la única vez, en toda su larga vida, que este extraordinario genio escribiera un prólogo para una obra puramente literaria, para un poema en prosa, como es mi libro. Y aquí deseo hacerme una reflexión que tiene que ver con nuestra patria, con Chile. Nadie en este país ha sido capaz de valorar este hecho extraordinario, ni regocijarse, ni enorgullecerse. Yo, un chileno, reconocido por el hombre más importante en el mundo del intelecto y del pensamiento del siglo XX y tal vez de muchos siglos más, soy prologado y admirado por este gran ser. Es la envidia, es la cobardía las que impiden que en Chile, mi propia patria, el mundo del oficialismo, del intelecto y de la literatura pueda aceptar y reconocer estos hechos. En cambio, el más importante biógrafo de C.G.Jung, Gerard Wehr, escribe en su obra que "al final de sus días, el Profesor Jung no recibía a nadie, ni a sus discípulos, ni a muchas personas de su familia, excepto a un joven escritor chileno, a quien prologó uno de sus libros y con quien conversó cosas que a nadie revelara antes".
Respecto a mi profunda amistad con Ezra Pound, tuvo también que ver con que pensábamos igual. Por suerte a mí no me pusieron en un asilo para locos como a él y como al otro maravilloso escritor noruego y Premio Nobel, Knut Hamsun. Y Ezra Pound es el más grande poeta del siglo XX y lo será del siglo XXI. Me siento feliz en su compañía, y no necesito de nada ni de nadie más.
El único monumento que en el mundo se ha levantado en honor de Ezra Pound fue impulsado e inaugurado por mí en España, en las cumbres de la ciudad de Medinaceli.
FV - ¿Cómo es su vida actual?
MS - Mi vida oscila entre Santiago y Valparaíso y sigo mirando el Cerro Huelén como mis antepasados, hasta que yo también encuentre las "entradas secretas" al mundo interior, a la "Otra Tierra", de Platón. O hasta que también me lleve un Disco Volador, un Ovni, un Vimana.
(Entrevista realizada a propósito de la reedición de Antología del verdadero cuento en Chile, Be-uve-draís Editores, Santiago, 2000.)
Cronología1917 - 10 de septiembre. Nace Miguel Serrano en la antigua calle de Santo Domingo 661. Sus padres son Berta Fernández y Diego Serrano Manterola.
1924 - Tras la muerte de su madre y padre, se va a vivir al campo con su abuela Fresia Manterola.
1932 - Colabora con varios periódicos de izquierda: Sobre la marcha, de la escritora uruguaya Blanca Luz Brum; Frente Popular y La Hora.
1938 - Miguel Serrano publica su primer libro: Antología del verdadero cuento en Chile.
1938 - Tras la matanza de 60 miembros del partido nacionalsocialista en la torre del Seguro Obrero, Miguel Serrano adhiere con el pensamiento y doctrina del nazismo.
1947 - Viaja por la Antártica hasta 1948.
1951 - Junio. Conoce a Hermann Hesse en Montagnola.
1953 - Es designado embajador en la India hasta 1962. Durante este periodo, entabla amistad con el primer ministro Nehru y con su hija, Indira Ghandi.
1960 - En India publica Las visitas de la Reina de Saba, con un prólogo de Carl Jung.
1962 - Ejerce como embajador en Yugoslavia hasta 1964.
1964 - Se desempeña como embajador en Austria hasta 1970.
1970 - Abandona el ejercicio diplomático y se radica en Montagnola, Italia. Vive durante 10 años en la que fuera la casa de Hermann Hesse, a quien conoce personalmente.
1980 - Miguel Serrano inicia la publicación de su trilogía llamada "hitlerismo esotérico".
1990 - Reside en Valparaíso desde esta fecha.
1998 - Participa del Congreso Internacional de Escritores en Homenaje a Gonzalo Rojas.
2005 - Al cumplir sus 88 años es coronado con laureles como el poeta y mago de Chile, homenajeado por intelectuales, artistas y amigos, en la que fue su última aparición pública.
2009. 28 de febrero. Fallece Miguel Serrano a los 91 años.
Algunas obrasAntología del verdadero Cuento en Chile. Santiago, 1938
Un discurso de América del Sur. 1939
La época más oscura. 1941
La Antártica y otros mitos. 1948
Ni por mar, ni por tierra. 1950
Quien llama en los hielos. 1957
Las visitas de la Reina de Saba. 1960
Los misterios. 1960
La serpiente del paraíso. 1963
El círculo hermético. De Hermann Hesse a Carl Gustav Jung. 1965
La flor inexistente. 1969
ELELLA. Libro del amor mágico. 1973
Nietzsche y el eterno retorno. 1974
El cordón dorado. Hitlerismo esotérico. 1978
Nietzsche y la danza de Siva. 1980
Los protocolos de los sabios de Sión y su aplicación en Chile. 1981
Adolf Hitler. El último avatara. 1982
El Ciclo Racial Chileno. 1982
Nacionalsocialismo, Única solución para los Pueblos de América del Sur 1986
La resurrección del héroe. 1986
Contra la usura. 1987
El Plan Andinia. Estrategia Sionista para apoderarse de la Patagonia Argentina y Chilena 1987
Informe Leuchter. Fin de una mentira. Cámaras de gas: Holocausto Judío. 1989
Manú, "por el hombre que vendrá". 1991
El nuevo orden transnacional y la Patagonia. 1991
No celebraremos la muerte de los dioses blancos. 1992
Defendamos nuestra patagonia. 1992
Los ovnis de Hitler contra el nuevo orden mundial. 1993
Mi lucha. Adolf Hitler (Primera edición completa en castellano). 1994
Nuestro Honor se llama Lealtad. 1994
Conspiración mundialista y traición a Chile. 1994
Conspitación mundialista II. Laguna del desierto y nafta (separata). 1994
Imitación de la verdad. Ciberpolítica. Internet, realidad virtual, telepresencia. 1996
Memorias de El y Yo. Tomo I. Aparición del "Yo". Alejamiento de "El". 1996
Memorias de El y Yo. Tomo II. Adolf Hitler y la Gran Guerra. 1997
Memorias de El y Yo. Tomo III. Misión en los Transhimalaya 1998
Memorias de El y Yo. Tomo IV. El Regreso. 1999
Se acabó Chile. La estrella de Israel reemplaza a la Estrella de Chile. 2001
El hijo del viudo. 2003
La entrega de la patagonia mágica. 2003
Hipocresía. La tortura en Chile 2005
Maya. La realidad es una ilusión 2005
Reediciones en ChileAntología del verdadero Cuento en Chile. Bvdrais, 2000
Las visitas de la Reina de Saba. Bvdrais, 2002
La flor inexistente. Bvdrais, 2004
Los misterios. Bvdrais, 2006
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